viernes, 16 de mayo de 2014

La masa. Por Dolores Uriburu


La masa es homogénea, no discute, no disiente, no debate ni cuestiona. La masa se unifica, se uniforma, imita y se limita a repetir conductas. La masa es influenciable, donde el criterio individual es amasijado. 
La masa se viste a la moda, se amontona. La masa es simplista, echa las responsabilidades afuera. 
El integrante masa no se responsabiliza de su comportamiento, pega en masa, patea en masa, rompe alambrados en masa, corre en masa, repite en masa, criminaliza en masa, y se siente seguro en su masividad. 
La masa no se agrieta, pero es agreta con los que están fuera de ella. 
De la masa se alimentan los medios masivos y a la inversa también y se inundan las calles de gente que reclama por seguridad, dándole masa a los “violentos”; gente gritando por la inflación, comprando en masa con el changuito; gente preocupada por la pobreza, dándole masa a los pobres que son masivamente criminales; gente asustada por la violencia, dándole masa a los jóvenes, pobres, criminales y oscuros, porque ellos significan cambio y la masa le teme a las transformaciones, es masa dura.
Esa masa, masacote sin divisiones, ni gustos, ni matices, es la que pregonan masivamente como ideal de pueblo unido, los medios de masas. 
Dejame, entonces, que profundice la abismal fosa que nos separa, porque las únicas masas que me interesan, son las masas finas.
Buen viernes de café con masas 


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