lunes, 21 de abril de 2014

Entonces…¿de qué hablamos cuando hablamos de inseguridad? Por Delsio Evar Gamboa



“Si la desigualdad no justifica que nadie salga a robar . . . ¿por qué pretenden que la inseguridad justifique que algunos salgan a matar?” 




Usan guantes blancos. No salen corriendo. Se van en coches de altísima gama. No arrebatan, toman todo con impunidad. No roban un celular. Roban el equivalente a millones de celulares. No son excluidos. Los reciben en todos lados con honores.
José Alfredo Martínez de Hoz, Domingo Felipe Cavallo y Héctor Magnetto -por citar sólo a tres- , no nacieron ni se criaron en una villa, no son hijos de bolivianos, ni de paraguayos, ni de peruanos. No son "negritos", no usan gorrita ni “altas llantas”. No escuchan cumbia villera, ni reggaeton. No dicen "gato, fiera, birra". Estudiaron en la Universidad. con post grado incluido.
Recuérdalos siempre...
Robaron tu dinero, robaron tu país, formatearon el cerebro de millones, quisieron y aún quieren robar tu futuro. Por suerte y como corresponde, nadie intentó pegarles patadas en el piso hasta matarlos.
Nunca viviste más inseguro que cuando ellos fueron Ministros de Economía o dueño de un multimedio monopólico.
Entonces . . . ¿de qué se habla cuando se habla de inseguridad?
Los que desprecian a los jóvenes pobres, los marginados, y a los que han delinquido quieren lincharlos de una, lo hacen desde un prejuicio de clase exacerbado por la ininterrumpida golpiza mediática. Ellos creen que eligieron nacer en hogares bien constituidos con unos padres que los alimentaron, los educaron y no les dejaron faltar nada. Privilegio que muchísima gente no tuvo y nació donde le tocó en mala suerte. Uno los quisiera ver a esos señores en la situación de esos pobres diablos sobrellevando, además de la pobreza, un mandato cultural de discriminación, exclusión y denigración. Haber, qué clase de vida llevarían en un entorno social así y si no sería peor de la que tanto cuestionan. Es muy fácil hablar desde la comodidad de tener todas las necesidades básicas cubiertas . .
Diálogo tipo entre ellos y nosotros . . .
La gente esta harta, me entendés?? Hay ausencia de estado!!!
Si? y que significa ausencia de estado?
Que los chorros entran por una puerta y salen por la otra.
Pero eso no es por ausencia del estado, eso compete al juez actuante y al poder judicial.
Bueno, los jueces y el gobierno deberían hacer algo!!!
No, son los jueces los que excarcelan
Bueno, a ese juez hay que lincharlo!!!
No, estas equivocado, el juez resuelve de acuerdo a derecho, el no hace las leyes, las aplica.
Bueno entonces hay que cambiar las leyes, esto no se aguanta mas!!!
Pero si vos y tu partido se opusieron a la democratización de la Justicia y ahora al proyecto de un nuevo Código Penal, entonces, en qué quedamos, hay que cambiarlo o no?
Lo rechazamos porque es un proyecto kirchnerista!!!
No, para nada, fue elaborado con los juristas más reconocidos de los partidos políticos mas representativos, no es un proyecto oficialista.
Pero la gente del Frente Renovador de Massa  no estaba.
Porque no existían cuando se comenzó a tratar hace dos años.
Mirá, a los que roban hay que lincharlos a todos!!! . . .
¿Y si algún día una turbamulta se confunde -como ya ocurrió- y te linchan a vos???
Sos muy fanático . . . y con fanáticos no se puede hablar!!!
Si claro, tenés razón . . . debe ser por eso . . .
Lo que se pretende decir es que además de ser una respuesta animal, brutal y desmesurada, los linchamientos de los desheredados de siempre y nunca de los delincuentes de guante blanco, sólo sirven para escalar hacia arriba la violencia y sacar afuera lo peor de la condición humana.
Que hay hechos de inseguridad es indudable. Que los hay en todo el mundo, también. Salvo para Mauricio Macri, que para estar tranquilo, mandó su hija a San Francisco USA, donde un arma de guerra se compra más fácil que una aspirina y la inseguridad es el doble que aquí, según los datos de la CEPAL . . .
Nadie pretende justificar los desmanes, pero no se puede acabar con el caníbal . . . comiéndose el caníbal!!!. Barbarie + barbarie = anarquía social. Estas turbas de linchadores que hoy estamos viendo, son los hijos bastardos que dejó el horror de la dictadura genocida y la destrucción del país en los ’90 . . . Todo tiene que ver con todo!!! . . .
Nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, estuvieron más de 35 años exigiendo justicia por el secuestro, tortura y desaparición de sus hijos y nietos, mientras los asesinos se paseaban muy orondos por las calles y los canales de TV. Jamás un insulto o una agresión . . . y vaya si tenían derecho a ello. Insistieron e insistieron sin pedir linchamiento para nadie hasta que lograron que fueran condenados.  
Antes de echarle la culpa de todos estos males a la política, deberían recordar que los peores crímenes en la historia argentina, se cometieron durante la ausencia de la política y por ende, del Estado de Derecho . . .
Pero, son los mismos que desde siempre se arrastran ante los poderosos sin chistar, incapaces de rebelarse ni siquiera cuando les roban hasta el futuro de sus hijos. Costará revertir la claudicación de tantos que festejaron y piden más linchamientos en las redes sociales.  Tan dóciles con sus amos y tan duros con los más vulnerables . . .
Para una sociedad donde la propiedad privada está antes que la vida, un linchamiento es totalmente justificable, y lo dice mucha más gente de lo que uno se imagina, en gran medida producto del fogoneo mediático como espectáculo revanchista y morboso.   
En este equívoco de la turba que persigue al ladrón pero termina linchando al que se le parece, se basa el desprecio de clase hacia el otro, sea cual fuere, mujer, morocho, pibe, o un sin techo, porque para ellos, robar es delito pero sólo para los pobres . . .
No hay que ser sociólogo para advertir que si se azuzan los instintos más primarios del ser humano, el linchado no será necesariamente el que robó, sino el que pase corriendo y al que le griten ladrón, -adúltera, se usaba en la Edad Media-. En ese escenario basta un grito señalando a alguien por portación de cara para direccionar la furia en su contra. Para la manada enardecida, ya es culpable, y si no lo es, merece serlo . . .
Quizá una de las más evidentes diferencias que hay entre los adictos al linchaje y los que no, -además de la inclusión, el amor, la solidaridad, la igualdad de derechos y oportunidades-  tiene que ver con la pena de muerte. De ellos se puede esperarla implementada de cualquier manera: legalmente, o vía terrorismo de Estado, y aún ahora mismo, por medio del tema que nos preocupa: los linchamientos. No les tiembla el pulso a la hora de aplicarla. A veces nos asusta pensar que si volvieran a ser gobierno, nuevamente estaríamos todos en la mira de las patotas asesinas que supimos padecer.
Cada día trae, en si mismo, la comprobación de que siempre están listos para matar . . .
Por lo que, entre esa gente y yo, como dice Serrat . . . hay algo personal . . .
En ese contexto, la ficción, que a veces se traviste de realidad, podría llegar a darnos este espectáculo tragicómico: después del linchamiento, con el cuerpo destrozado de un ser alado de aspecto celestial tirado en la calle, ante el cronista de TV: . . . “llegó hablando de cosas muy raras, “bondad, amor, tolerancia, caridad . . . cuando aquí lo que necesitamos en seguridad. Pero lo que nos hizo sospechar en seguida de él, es que no recordamos haberlo visto ni siquiera una sola vez en televisión” . . . -Quino-


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