martes, 19 de octubre de 2010

El campo, conservadores, de su ambiente.


La situación del país, no es la mejor, estamos atravesando momentos difíciles, vuelve un conflicto sectorial y quienes poseen la capacidad de informar a la población, pecan de inexpertos, algunas cuestiones vitales no aparecen en los medios masivos, generando mayor desinformación, y logrando desvirtuar la discusión.

Largas son las cuestiones por las que deberíamos contemplar y analizar detenidamente el conflicto con el sector agropecuario (incluimos a todos porque ellos mismos lo quieren así) llamado “campo”, y corta son las razones que ese sector tiene para emprender su batalla.

En el 1800, Juan Manuel Belgrano, escribía unas líneas sobre este conflicto.
¿Cómo?
Si, así fue.

“Jamás se deje la tierra en barbecho; el verdadero descanso de ella es la mutación de producciones, y si es posible, proporcionarse dos o tres cosechas en un año. Es indispensable la mutación de producciones, y es inútil dejar la tierra en barbecho. El pretendido descanso de la tierra no debe existir”

En 1864, Sarmiento se había dirigido al presidente de la Sociedad Rural:

“El ganado y sus productos como industria exclusiva y única del país, tiene el inconveniente de que su precio no lo regulamos nosotros, por falta de consumidores sobre el terreno, sino que lo imponen los mercados extranjeros, según su demanda”

Bialet Massè explicaba:

“Pero en este país tan superabundante rico hay algo anómalo.
Los ganaderos escogen para la exportación los mejores novillos, los mejores capones y los exportan; esas excelentes carnes se venden en Europa a más bajo precio que la inferior que se deja para el propio mercado; el pan que se hace con trigo argentino se vende más barato que en los pueblos de Bs. As. , Santa Fe, Córdoba en que se producen.
Comemos lo inferior y pagamos mas caro.”

Entonces debemos recordar las palabras de Alfredo De Angelis, en pleno acto clasista: “el que quiere comer lomo, que lo pague $80.- como en Europa”

 Ahora, imaginemos..…

¿Quien cree que regularía el precio de la carne en la actualidad, si como pretenden, se liberaran las exportaciones, y el gobierno no pudiera controlarlo?

 Y.

 ¿Cual cree usted que seria el precio que pagaríamos aquí en la Argentina?

 También, durante el gobierno el controversial Sarmiento en 1868, respondía así a la recientemente creada Sociedad Rural, que le cuestionaban la fundación de colonias de pequeños agricultores.

“Nuestros hacendados no entienden ni jota del asunto, y prefieren hacerse un palacio en la Av. Alvear que meterse en negocios que los llenarían de aflicciones. Quieren que el gobierno, que nosotros que no tenemos una vaca, contribuyamos a duplicarle o triplicarle su fortuna…”

La similitud de esta cuestión, con nuestros tiempos es innegable.
Hoy los productores agropecuarios prefieren comprar o construir viviendas en ciudades o lugares turísticos, y además adquirir vehículos importados para pasear por los pueblos, que invertir en una empresa de elaboración de productos con las materias primas del agro.

Durante el gobierno de Juárez Celman, en el 1880, el Financial Times de Londres explicaba, sobre el problema de la inflación.

“aparte de los políticos corruptos, el mayor enemigo de la moneda argentina han sido los estancieros. Como principales terratenientes y productores del país, su interés radica en poder pagar sus gastos con papel moneda y obtener altos precios en la venta de sus productos al exterior, su noción del paraíso esta constituida por buenos mercados en Europa y mala moneda en el país, porque de este modo obtienen tierra y mano de obra baratas.”

Cualquier símil sobre el conflicto actual, en el que pretenden exportar sin los  impuestos aduaneros para obtener mas dinero es pura causalidad (premeditadamente causalidad).

Si.

Este eterno conflicto ya lleva mas de 200 años, nunca fue resuelto, y con las mismas actitudes desde ese sector, muy lejos de resolverse esta.

Las tierras producen materias primas (producción primaria), la gente de campo obtiene muy buenas ganancias, y no quieren invertirlas en la manufacturación (producción secundaria), o servicios (producción terciaria).
Estas negativas, excluyen a millones de argentinos de lo que legítimamente somos participes.

Las tierras de los estancieros (muchas de ellas usurpadas o robadas en los años de la llamada “conquista del desierto”), siguen siendo del estado (o sea de todos), y este se las cede por tiempo finito mediante el cobro de impuestos a propietarios para que sean trabajadas.

Luego, el producto obtenido es ingresado al aparato productivo secundario, para crear plusvalía, elaboración de productos, manufactura, para generar trabajo, o simplemente exportarlo previo pago de aranceles aduaneros (retenciones), y que estas se transformen en servicios sociales.

Los medios masivos de comunicación , mucho tienen que ver en estas jugadas patronales, con malicia, y así lo expresan.
Los diferentes representantes del sector agropecuario se encargan de explicar sin encontrar replica, ni confrontación:

“EL sector lechero esta quebrado”; “las ganancias se las llevan las lecheras como Mastellone”

“El gobierno creo las condiciones para que hoy se llegue a esta confrontación”

Si esto fuera completamente verdad, (y en esto debemos ser sinceros, tampoco podemos asegurar que todo el sector tambero sea altamente rentable o deficitario), no seria bueno y beneficioso para el país, que algunos productores agropecuarios, ganaderos o lecheros e vez de invertir en la construcción de casas, edificios, departamentos o cabañas en ciudades o lugares turísticos, invirtieran en la industria de la lechería (como hace Mastellone, SanCor, u otras), y se llenaran de plata.

Lo mismo para el sector de la ganadería.

Si todas las ganancias se las llevan los frigoríficos o mataderos, no seria altamente productivo, rentable y lucrativo invertir en estas empresas en lugar de comprar vehículos de $200.000.- para pasear por los pueblos del interior.

Y para el agro.

Si las grandes cerealeras, o lo Pooles se quedan con las ganancias de los cereales, y en especial de la soja.
No seria bueno que invirtieran en la creación de una comercializadora y exportadora de granos y se llenaran los bolsillos con el dinero que ahora “dicen” que les quitan.


                                                                                                      *Jorge Carriazo

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